Como cada año desde 1970, el mundo celebra el Día de la Tierra, una fecha que con el tiempo ha ido cogiendo relevancia: ante el deterioro de nuestro planeta, días como el de hoy nos recuerdan la importancia de potenciar la conciencia medioambiental.
Actualmente esta cuestión, con relación al cambio climático, centra la atención de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la que recoge 17 objetivos aprobados en 2015 por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas.
La consecuencia del cambio climático tiene un fuerte impacto en el planeta deteriorándolo, pero también sobre nuestras vidas, ya que afecta enormemente a nuestra salud. Por ello, reducir las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero sigue siendo uno de los objetivos principales en la lucha contra el cambio climático y para la protección de nuestro planeta.
Una de las secuelas directas que sufre la Tierra es el deshielo de los polos, pero también hay que tener en cuenta otros aspectos derivados de su maltrato: la extinción de innumerables especies de animales y el deterioro de su hábitat, la deforestación de millones de hectáreas de bosques o los elevados niveles de contaminación. Estos son solo algunos de los motivos que llenan el Día Internacional de la Tierra (o Earth Day) de necesarias reivindicaciones cada 22 de abril.