La ola de calor y la escasez de lluvias en Europa desencadenaron la peor sequía que se haya visto en por lo menos 500 años, debido a lo anterior la navegación interior se reduce, así como la producción de electricidad y el rendimiento de algunos cultivos.
El Observatorio Europeo de la Sequía (EDO, por sus siglas en inglés), dio a conocer que el 47% de Europa se encuentra en alerta con un déficit de humedad en el suelo, mientras que un 17% se mantiene preocupada debido a la pérdida de su vegetación.
Este verano las cosechas han estado agonizando, pues el rendimiento del maíz en grano en 2022 será un 16% inferior a la media de los cinco años anteriores, el de soja un 15% y el girasol un 12%.
No conforme, el calor se lleva a su paso la energía hidroeléctrica, impactando a productores de energía debido a la escasez de agua para alimentar los sistemas de refrigeración.
Los ríos carecen de agua dando justo en la actividad marítima, pues debido a la reducción del cauce no pueden navegar en su afán de transportar carbón y petróleo.
El EDO apunta a que la región occidental de Europa y el Mediterráneo presentará cálidas temperaturas hasta mediados de noviembre, alargando aún más la agonía de los europeos.