Rusia sigue en marcha con sus planes de desarrollar sus armas del ‘juicio final’. La agencia de noticias rusa TASS asegura que su Agencia Espacial, ROSCOSMOS, está planificando una sesión de demostración de su misil intercontinental balístico Sarmat ICBM (o Satán 2) para un grupo de inspectores de los EEUU en febrero de 2024. Esta noticia también significa que hay una predisposición a reanudar el tratado bilateral de Reducción de Nuevas Armas Estratégicas que lleva parado desde que estallara la pandemia.
El Satán 2 es una de las seis armas del ‘juicio final’ que Putin anunció en marzo de este año que se han desarrollado, según sus propias palabras, para hacer que el mundo tema a Rusia y se lo piense dos veces antes de amenazarlos.
Se trata de un misil balístico intercontinental con capacidad para llevar varias cabezas nucleares que mide 35,3 metros de largo y pesa 220 toneladas. Según Rusia, el misil es capaz de lanzar misiles hipersónicos y de adoptar varias trayectorias de vuelo para superar cualquier sistema de defensa antimisiles tanto actual como futuro. Además, sostienen que el Sarmat puede lanzar Vehículos de Reentrada Múltiple Independiente para atacar cualquier lugar del planeta.
Rusia asegura que el primer lanzamiento de prueba del Satán 2 se realizó desde el cosmódromo de Plesetsk, en la región de Arkhangelsk, el pasado 20 de abril. La prueba, según ellos, fue un éxito que les permitió confirmar todas las etapas de la trayectoria de vuelo del cohete.
El Satán 2 estará guardado en un silo subterráneo que tiene una compleja estructura de ingeniería que sirve para proteger al misil de ataques convencionales y nucleares de alta precisión. Los funcionarios rusos dicen que se trata de un arma muy destructiva que solo se utilizará en caso de una amenaza existencial para la nación. Este arma entraría dentro del Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas que limita el número de ojivas nucleares estratégicas desplegables a 1.550.