La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha iniciado oficialmente su proceso de selección del próximo Rector, desencadenando inquietudes arraigadas entre aquellos que buscan una democratización y transparencia más profunda dentro de la institución. Aunque la comunidad universitaria consta de más de 400 mil miembros, incluyendo 373,340 alumnos y 42,190 profesores, la elección del Rector recae en un pequeño grupo de individuos.
Enrique Graue Wiechers, quien está en su tercer mandato como Rector y el tercero en la profesión médica en ocupar el cargo en los últimos 22 años, concluirá su segundo mandato en noviembre. Se prevé que el grupo que encabeza mantendrá su control, según algunos miembros de la comunidad universitaria.
A pesar de la diversidad y amplitud de voces presentes en la comunidad universitaria, la elección del Rector descansa en las manos de tan solo 15 personas: los miembros de la Junta de Gobierno de la UNAM. Esta reducida junta tomará la decisión de manera privada y decidirá quién ocupará el cargo más alto.
Profesores de la UNAM han señalado la existencia de una “élite dorada” dentro de la institución que ejerce un control y una influencia desproporcionada en un proceso que debería reflejar la diversidad y las opiniones de todos los sectores de la comunidad. La falta de democracia en este proceso ha sido criticada por violar los principios de igualdad y participación establecidos en la Constitución.
El proceso de elección del Rector en la UNAM se rige por una Ley Orgánica que data de 1945, en la cual se establece que 15 miembros de la Junta de Gobierno, previamente nombrados por el Consejo Universitario, tienen la responsabilidad de designar al nuevo Rector. Aunque este proceso ha estado en vigor durante décadas, surgen cuestionamientos sobre su representatividad y transparencia en el contexto actual.
La falta de transparencia en el proceso de selección es una crítica importante. Los proyectos de trabajo de los candidatos no son públicos y, aunque se llevan a cabo reuniones con grupos que respaldan a ciertos candidatos, estas contribuciones no se traducen en una influencia real en la toma de decisiones. Esta falta de participación formal por parte de la comunidad universitaria puede socavar la legitimidad del proceso.
Además, se ha destacado la presencia de dinámicas internas marcadas por mafias y grupos elitistas que influyen significativamente en la toma de decisiones. Estas dinámicas, junto con la estructura actual del proceso de selección, perpetúan la continuidad en el liderazgo y la influencia de ciertos grupos preexistentes en la UNAM.
En medio de estas preocupaciones, se ha propuesto una reforma a la Ley Orgánica de la UNAM para establecer la elección directa del Rector mediante el voto directo y secreto de la comunidad universitaria. Aunque este cambio aún no se ha formalizado, destaca la búsqueda de una mayor democratización y representatividad en la elección del Rector.
El proceso de selección del Rector, que comenzó con la publicación de la convocatoria el 21 de agosto, se desarrollará a lo largo de varios meses. Los candidatos seleccionados serán dados a conocer el 12 de octubre, y las entrevistas se llevarán a cabo a partir del 23 de octubre. La Junta de Gobierno anunciará al nuevo Rector después de completar este proceso, quien liderará la UNAM durante el próximo periodo.