La tenista de origen australiano, Ajla Tomljanovic, número 127 en el ranking WTA, experimentó un efímero retorno triunfal en la primera ronda del US Open después de una ausencia competitiva que se prolongó por nueve meses. El certamen se convirtió en el escenario de su ansiado regreso al juego, consagrándose vencedora en su primer encuentro. No obstante, su alegría se tornó en incertidumbre al anunciar su retiro del torneo apenas dos días después de su resonante victoria.
Este giro inesperado plantea un panorama de desafíos continuos para la tenista de 30 años, quien en el año previo no solo puso fin al dominio de Serena Williams, sino que también llegó a los cuartos de final en Flushing Meadows. Contrastando con su exitosa temporada anterior, el presente de Tomljanovic, transcurrido 365 días después, se vislumbra notablemente distinto. Un período marcado por la adversidad, dado que la jugadora no había tenido oportunidad de competir en la presente temporada debido a una seria lesión en una de sus rodillas que la llevó a someterse a una intervención quirúrgica.
El US Open, uno de los torneos más trascendentales en el ámbito tenístico, transmitido en vivo a través de Star+, ha sido testigo de esta montaña rusa de emociones en el retorno de Tomljanovic, suscitando interrogantes sobre el curso que tomará su carrera en los próximos meses.
Mientras tanto, en el mismo contexto, la destacada jugadora kazaja Elena Rybakina, ubicada en el cuarto puesto del ranking, avanza a la tercera ronda sin disputar un solo partido, consolidando su presencia en el torneo. Su próxima adversaria ya está confirmada: la tenista rumana Sorana Cirstea, número 30 en el ranking WTA, se erige como su contrincante en el próximo enfrentamiento, prometiendo un encuentro emocionante en las canchas del US Open.