La empresa china Galactic Energy se ha consagrado este martes como la pionera del país asiático al lograr un exitoso lanzamiento de un cohete desde el mar. Según informa el diario oficialista China Daily, esta hazaña marca un hito en la industria espacial al ser la primera vez que una entidad privada china alcanza esta hazaña. La variante marina de su cohete portador CERES 1 se elevó majestuosamente desde una barcaza adaptada en las aguas del mar Amarillo, justo frente a la provincia oriental de Shandong.
Este monumental logro no solo representa un paso gigantesco para la compañía, sino también para la industria espacial china en su conjunto. Con este lanzamiento, CERES 1 llevó a cabo el transporte de cuatro satélites a una órbita ubicada a unos 800 kilómetros sobre la superficie terrestre. La compañía, que ya ostenta un impresionante historial de nueve lanzamientos orbitales consecutivos, ha colocado un total de 33 satélites en el espacio gracias a las misiones del CERES 1.
La operadora de satélites con sede en Pekín, Guodian Gaoke, encargada de la fabricación de los satélites, tiene la encomienda crucial de recopilar datos para impulsar el Internet de las Cosas y, en última instancia, fomentar la conectividad global. El CERES 1, impulsado por avanzados motores de combustible sólido, marca un punto de inflexión al ser el tercer modelo de cohete chino y el primero en el sector privado capaz de despegar tanto desde tierra firme como desde el mar.
Con sus impresionantes dimensiones de aproximadamente 20 metros de altura y 1.4 metros de diámetro, el CERES 1 puede transportar una carga útil de 300 kg a una órbita sincrónica con el sol a una altitud de 500 km o 350 kilogramos a una órbita terrestre baja a 200 km de altitud. Es relevante destacar que en abril, China llevó a cabo una exitosa prueba de aterrizaje vertical de un cohete en una plataforma marina, sentando así las bases para la recuperación y reutilización de lanzadores en el futuro.
La empresa CAS Space, una firma aeroespacial comercial de propiedad mixta, reportó con orgullo los resultados de la prueba realizada en la pintoresca localidad costera de Haiyang. Esta prueba logró verificar la recuperación del lanzador, la efectiva comunicación y rastreo de la nave, así como las tecnologías de medición bajo las cambiantes condiciones del oleaje.
En la última década, Pekín ha canalizado considerables recursos en su programa espacial, cosechando éxitos de envergadura como el histórico alunizaje de una sonda en la cara oculta de la Luna en enero de 2019, un logro que ningún otro país había alcanzado hasta la fecha. Este asombroso avance no solo resplandece en el firmamento chino, sino que también proyecta un resplandor innovador en la comunidad espacial global.