El líder norcoreano, Kim Jong Un, y el presidente ruso, Vladimir Putin, se reunieron en una cumbre inusual para abordar temas que van desde asuntos militares hasta la cooperación espacial. Kim llegó a Rusia en tren y fue recibido por Putin en instalaciones de lanzamiento de cohetes espaciales en el Extremo Oriente ruso.
Durante su visita, Putin mostró a Kim las instalaciones espaciales avanzadas y respondió a sus preguntas detalladas sobre cohetes. Luego, ambos líderes sostuvieron conversaciones con sus respectivos ministros y tuvieron una reunión privada, seguida de un lujoso almuerzo con platos rusos como pelmeni de cangrejo de Kamchatka y esturión con setas y papas.
En un gesto de amistad, Kim brindó con vino ruso por la victoria de la “gran Rusia” y auguró el éxito de Rusia en su “sagrada lucha” contra Occidente en la guerra de Ucrania.
Si bien se ha expresado preocupación acerca de que Kim pueda proporcionar armas y municiones a Rusia, Putin dio pocas pistas sobre la cooperación militar discutida. Sin embargo, dejó claro que estaban dispuestos a ayudar a Kim en la construcción de satélites.
Esta cumbre representa una oportunidad para Rusia de ejercer presión sobre Estados Unidos, que apoya a Ucrania, aunque no se sabe hasta qué punto Putin estaría dispuesto a satisfacer las solicitudes tecnológicas de Corea del Norte.
Además, se informó que Kim planea visitar fábricas de aviación militar y civil en Rusia y verificar la flota rusa del Pacífico en Vladivostok.