Si usted nació o vive en cualquier Municipio de Nuevo León la respuesta es muy sencilla: a usted.
No hay de otra, quien habite en Nuevo León y diga que Samuel no debe ser Presidente lo hace porque antepone sus intereses personales o partidistas.
No hay manera que a Nuevo León le vaya mal teniendo un Presidente nacido en este tierra, y si a Nuevo León le va bien, a usted y a mí también.
Quienes comparan la situación de Samuel con la del Bronco no hacen más que un análisis simplista. Si decide contender, García lo hará tras cumplir o tener en proceso prácticamente todas sus promesas de campaña. En el caso de Jaime Rodríguez el chiste se cuenta solo.
Con una inversión extranjera que ya superó la de varios sexenios juntos, tres líneas del Metro en construcción, una inversión sin precedentes en seguridad y movilidad y la solución en tiempo récord a la crisis del agua, Samuel tiene resultados de sobra para justificar su decisión.
Y quienes consideran que no es el mejor momento para contender también pueden estar equivocados. De cara a la elección del 2024 Samuel García irrumpe en una arena política en la que el viento sopla a su favor.
Frente a dos candidatas maduras y conservadores, el Gobernador de Nuevo León es naturalmente una opción, fresca, diferente, disruptiva, y lo más importante, que conecta con los jóvenes.
Samuel es un animal político cuya tenacidad le ha dado frutos, y en política esa característica es un gran activo, si no me cree volteé a ver la elección del 2021, en la que inició en el cuarto lugar de las preferencias y terminó ganando con autoridad por 10 puntos.
Si el PRIAN cree que tratando de imponer como Gobernador interino a Arturo “La Manzanita” Salinas van a conjurar la posibilidad de que Nuevo León tenga un Presidente regio, o más aún, van a recuperar el poder que la ciudadanía les quitó en las urnas, no hacen más que insultar la inteligencia de los neoloneses, y esa afrenta se paga caro.
La actitud del PAN es la misma del gandalla que se brinca la fila de vehículos para meterse a la brava pasándose por el arco del triunfo los derechos de los demás.
El albazo del PRIAN tendrá un costo político alto en la elección del 2024 y será el último clavo de su ataúd. La gente los está observando.