Randy Arozarena, conocido por su talento en el béisbol, se despide de la Ciudad de México con una muestra de su habilidad al robar una base antes de dirigirse al aeropuerto. Arozarena, quien juega para los Rays, ha dejado una huella indeleble de su amor por México en todas las personas que se acercaron a él durante su visita, pero su vuelo lo llama y debe partir.
Arozarena compartió su amor por México con sus seguidores, expresando su deseo de representar al país y agradeciendo el apoyo que ha recibido. Durante su despedida, estrechó la mano de un joven de la Liga Petrolera, quien logró acercarse al estrado con su celular y una pelota de béisbol en la mano.
Benjamín Gil, el manager de la Selección Nacional, también se sumó a la conversación y respondió a la posibilidad de convertirse en el primer entrenador mexicano en dirigir en las Grandes Ligas. Agradeció a Randy Arozarena por llevarlo a su equipo y prometió representar a México con orgullo si se le presentara la oportunidad.
Mientras Arozarena se retiraba con la ayuda de su equipo de seguridad, un padre de familia intentó acercarse al pelotero, y un joven mostró con orgullo el autógrafo que había conseguido. Los niños, en particular, demostraron su admiración por Arozarena e intentaron imitar su famoso festejo de cruzar los brazos para llamar su atención.
La presencia de Randy Arozarena en la Ciudad de México no pasó desapercibida, y su grand slam en el corazón de sus seguidores ha dejado una huella imborrable en el país.