Expertos expresan creciente preocupación ante el dramático aumento de la temperatura en la superficie de los océanos, revelando un pico histórico de 21 grados Celsius en abril de este año, según un informe alarmante.
Eventos extremos como las intensas olas marinas de calor se han vuelto recurrentes y más potentes, mientras que las olas marinas de frío son cada vez menos frecuentes a nivel mundial. Estos cambios no solo representan una amenaza inminente para la biodiversidad, sino también para la humanidad y el desarrollo sostenible.
Observaciones satelitales respaldan estos informes, proporcionando herramientas cruciales para comprender y adaptarse a un océano en constante transformación, así como para mitigar los impactos devastadores de estos eventos.
Adicionalmente, los investigadores advierten sobre la constante disminución del hielo en el Ártico, perdiendo una asombrosa cantidad de 3,5 millones de kilómetros cuadrados desde 1979, equivalente a siete veces el tamaño de España.
El aumento acelerado del nivel del mar tiene consecuencias negativas significativas en los medios de vida, infraestructuras y economías, dado el papel fundamental que desempeña el océano en la regulación del clima terrestre.
Con estimaciones que sugieren la ocurrencia de eventos extremos cada cinco o diez años, se revela una amenaza inminente para las especies marinas y las actividades humanas, subrayando la urgencia de abordar de manera efectiva el cambio climático y sus impactos directos en nuestros océanos.