En un dramático incidente que subraya los riesgos asociados con la exploración espacial, un propulsor de un cohete chino se desplomó sin control sobre una zona poblada en China. Aunque la NASA estima que aproximadamente 100 toneladas de desechos espaciales impactan la Tierra anualmente, este incidente reciente destaca la amenaza latente que representa la caída de restos en áreas habitadas.
El 26 de diciembre pasado, los propulsores de un cohete portador Long March 3B sorprendieron a los habitantes de la región de Guanxi, al sur de China, al precipitarse sobre una zona boscosa y detonar en un espectáculo impactante. Este evento no es aislado; en 2018, una situación similar ocurrió cuando parte del cohete chino Long March 3B cayó en el pueblo Xiangdu después de su lanzamiento el 12 de enero.
Este episodio plantea interrogantes sobre la gestión de desechos espaciales y la seguridad asociada con las actividades espaciales, recordándonos que la exploración del espacio no está exenta de riesgos palpables para las comunidades terrestres.
Caida de un propulsor lateral del cohete Long March 3B lanzado hoy. pic.twitter.com/V6NBylJ1As
— Space Nøsey (@SpaceNosey) December 26, 2023