Un estruendo sacudió el municipio de García y Monterrey, sembrando el miedo y ocasionando daños en más de 30 hogares. Este incidente pone en relieve el peligro que representan las pedreras, no solo como fuentes de contaminación, sino también como riesgos físicos para la comunidad y sus propiedades.
El estruendo, proveniente de una detonación de dinamita presuntamente irregular en la empresa Minorte, resonó a kilómetros de distancia, causando daños principalmente en el sector de Punta Alta, situado a menos de dos kilómetros de la pedrera.
La explosión dejó fisuras en paredes y daños estructurales menores en 34 hogares de la zona. Además, se escuchó en colonias de Monterrey, Escobedo, San Nicolás y Santa Catarina, despertando el temor entre los residentes.
Los vecinos, atemorizados por la posibilidad de un terremoto o una explosión, salieron de sus casas y se congregaron en áreas seguras, alertando a las autoridades. Afortunadamente, no se reportaron heridos tras la pronta respuesta de Protección Civil, la policía municipal y la Guardia Nacional.
El municipio de García, a través de Protección Civil, llevó a cabo evaluaciones de los daños y aseguró que las viviendas en Punta Alta siguen siendo habitables. Sin embargo, el incidente subraya la necesidad de regular y supervisar de cerca las actividades de las pedreras para proteger a la comunidad y su patrimonio.
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