El sureste asiático se ve envuelto en una ola de calor prolongada, con temperaturas históricamente altas que provocan el cierre de escuelas y alertas sanitarias urgentes en toda la región.
Millones de estudiantes en Filipinas recibieron la orden de quedarse en casa mientras las autoridades suspendieron las clases presenciales durante dos días, instando a la población a evitar actividades al aire libre y mantenerse hidratada, especialmente los niños y ancianos.
Camboya enfrenta las temperaturas más altas en 170 años, con pronósticos de hasta 43 grados Celsius en gran parte del país esta semana, según Chan Yutha, portavoz del Ministerio de Recursos Hídricos y Meteorología.
Myanmar también registra récords de temperatura, con municipios en varias regiones experimentando condiciones extremas. En Magway, el municipio de Chauk alcanzó un máximo histórico de 48.2 grados Celsius, rompiendo registros de décadas atrás.
El sudeste asiático, especialmente Filipinas, se ve duramente afectado por este calor sofocante, con preocupaciones por escasez de agua, cortes de energía y daños a los cultivos agrícolas. En respuesta, el Departamento de Educación filipino ha ordenado el cambio al aprendizaje en casa y en línea en más de 47 mil escuelas públicas.
En Tailandia, las temperaturas superan los 44 grados Celsius en algunas áreas del norte, mientras que Bangkok y zonas metropolitanas registran más de 40 grados Celsius. Las autoridades tailandesas informan sobre al menos 30 muertes por insolación este año.
En Filipinas, al menos 34 personas han enfermado y seis han fallecido debido al calor extremo en lo que va de año. Mientras tanto, en Bangladesh, los medios de comunicación reportan que 20 personas murieron por insolación en un lapso de cinco días a principios de este mes.
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