El éxodo de candidat@s a cargos municipales en Zacatecas ha levantado interrogantes sobre el acoso y la cooptación criminal en la región.
El medio B15 Zacatecas Digital informó recientemente que 358 aspirantes a cargos municipales han abandonado sus candidaturas en el estado, que el próximo 2 de junio celebrará elecciones para 58 presidencias municipales, 58 sindicaturas y 547 regidurías.
La consejera del Instituto Nacional Electoral (INE), Carla Humphrey, expresó su preocupación por el elevado número de renuncias, especialmente entre las candidatas mujeres, sugiriendo que muchas podrían ser víctimas de violencia política. Esta inquietud motivó la solicitud de una investigación.
En respuesta, el Instituto Estatal Electoral de Zacatecas (IEEZ), liderado por Juan Manuel Frausto, emitió un comunicado desmintiendo la vinculación de las renuncias de las candidatas mujeres con la violencia política. Según el IEEZ, las razones detrás de estas renuncias son principalmente personales, cambios de partido o cargo, estudios, trabajo, salud o simplemente desinterés.
Sin embargo, en un estado marcado por altos índices de criminalidad y percepción de inseguridad, ¿es realista esperar que los y las candidatas revelen abiertamente las presiones o amenazas que podrían estar enfrentando?
Las acusaciones cruzadas entre autoridades y funcionarios no ayudan a esclarecer el panorama. El secretario de Gobierno de Zacatecas, Rodrigo Reyes, acusó públicamente a consejeras del INE de una campaña mediática en su contra, mientras que el consejero Jaime Rivera sugirió que el número de renuncias no es atípico en comparación con procesos electorales anteriores.
En medio de este escenario, persiste la preocupación sobre el acoso y la cooptación criminal en Zacatecas, un problema arraigado que parece lejos de resolverse.
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