La Casa Blanca excluyó a Cuba, Venezuela y Nicaragua de la Cumbre de las Américas de esta semana, lo que provocó que el presidente de México cumpliera su amenaza de no asistir al evento por la decisión de no invitar a todos los países del hemisferio occidental.
El boicot de Andrés Manuel López Obrador, y posiblemente de algunos otros mandatarios, podría reducir la relevancia a la cumbre de Los Ángeles, en la que Estados Unidos pretende abordar cuestiones migratorias y económicas regionales.
El presidente Joe Biden espera reparar las relaciones con América Latina dañadas durante el mandato de su predecesor republicano, Donald Trump, y reafirmar la influencia de Estados Unidos para contrarrestar la fortaleza de China en la región.
La decisión se dio tras semanas de intensas deliberaciones y se debió a la preocupación por los derechos humanos y la falta de democracia en los tres países, dijo el lunes un responsable del Gobierno de Biden.
López Obrador dijo que el ministro de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, asistirá a la cumbre en su lugar, como había indicado previamente. Pero anticipó que prevé visitar a su colega Joe Biden el próximo mes, lo que fue confirmado por la Casa Blanca.
La ausencia de López Obrador podría poner en duda las perspectivas de avance en las discusiones para frenar la migración en la frontera sur de Estados Unidos, una prioridad para Biden.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, un populista de derecha y admirador de Trump, asistirá tras plantear la posibilidad de mantenerse al margen. Él y Biden han tenido relaciones frías, pero se reunirán para discutir una amplia gama de asuntos, incluyendo la inseguridad alimentaria, el cambio climático y la recuperación de la pandemia.