Masahiro Ito, conocido por su icónico diseño de Pyramid Head en Silent Hill, compartió recientemente cómo su dedicación extrema al trabajo afectó su vida personal. En una reflexión abierta, Ito confesó que sus responsabilidades en la universidad de arte y su participación en proyectos como Silent Hill 1, 2 y 3, además de otro juego cancelado, lo mantuvieron alejado de relaciones amorosas. “Nunca tuve novias porque no tenía tiempo para eso”, admitió el diseñador.
El proceso de creación en una franquicia tan aclamada como Silent Hill exige una entrega total, lo cual limitó las oportunidades de Ito de explorar relaciones personales mientras moldeaba su carrera. Sus diseños no solo redefinieron el género del terror en los videojuegos, sino que también inspiraron a generaciones de fanáticos, aunque el costo personal fue significativo.
Aunque su trabajo en Silent Hill le trajo prestigio profesional, el precio de dedicarse exclusivamente al desarrollo artístico fue no experimentar una vida amorosa tradicional. Masahiro Ito sigue siendo una figura respetada, aunque su sacrificio refleja los retos personales que algunos creadores enfrentan.