Una tripulación compuesta únicamente por mujeres completó con éxito un viaje suborbital a bordo del cohete New Shepard de Blue Origin, propiedad de Jeff Bezos. Entre las pasajeras estuvieron la cantante Katy Perry, la conductora Gayle King y la prometida del magnate, Lauren Sánchez, quien encabezó la misión.
El despegue se realizó desde un rancho privado en Texas, alcanzando los 100 km de altitud, justo en la línea de Kármán, el límite reconocido del espacio exterior. Durante tres minutos, las pasajeras experimentaron la ingravidez, flotando en la cápsula antes de iniciar el descenso controlado de regreso a tierra.
En tierra, Oprah Winfrey —amiga cercana de King— presenció el evento y expresó que esta experiencia era mucho más que un simple viaje espacial: “Es una expansión del alma”, dijo. Perry, emocionada, besó el suelo al aterrizar, mientras sostenía una margarita y declaraba haber vivido “el mayor de los subidones”.
Lauren Sánchez, visiblemente conmovida, comentó que ver la Tierra desde el espacio le generó una sensación profunda de conexión: “La Tierra está viva, silenciosa, pero vibrante. Me dieron ganas de abrazar a todos”. Añadió entre lágrimas: “Tenía que regresar… me voy a casar”.
Katy Perry reveló que se preparó leyendo sobre física cuántica y escuchando a Carl Sagan. En entrevista posterior dijo sentirse conectada con “la energía femenina divina” y reafirmó su amor por la astronomía: “Todos venimos de las estrellas. Somos polvo cósmico”.
Aunque el vuelo fue celebrado por muchos como un hito de inclusión femenina en la exploración espacial privada, también ha sido criticado por algunas figuras públicas que lo ven como un espectáculo elitista y superficial en medio de las múltiples crisis que enfrenta el mundo.
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