La ciencia desmiente un mito muy arraigado
Durante generaciones, se creyó que nadar justo después de comer era riesgoso, pero investigaciones actuales y expertos en salud coinciden en que esta advertencia carece de fundamentos científicos.
La Cruz Roja Americana aseguró que nadar tras una comida no representa peligro, aunque podría generar ligeras molestias estomacales en algunos casos. El origen de este mito se remonta al manual de los Boy Scouts de 1908, donde se advertía, sin evidencia médica, que hacerlo podía causar calambres y ahogamientos.
Hoy, especialistas como el doctor Matthew Badgett de la Cleveland Clinic señalan que el cuerpo humano tiene suficiente flujo sanguíneo para digerir y moverse al mismo tiempo, por lo que nadar después de comer no pone en riesgo la salud.
Eso sí, recomiendan evitar alimentos pesados, muy grasosos, picantes o con exceso de fibra, ya que podrían generar náuseas o malestares digestivos. También es importante mantenerse hidratado, evitando bebidas alcohólicas o con cafeína antes de nadar.
En resumen, nadar después de comer no es peligroso. Lo clave es comer de forma ligera, hidratarse y escuchar las señales del cuerpo.
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