Pekín prueba un misil aire-aire que podría derribar incluso los aviones más avanzados de Estados Unidos.
China ha dado un paso decisivo en la carrera armamentista del siglo XXI. Según medios especializados, el país asiático ha concluido con éxito las pruebas de un misil hipersónico aire-aire capaz de alcanzar velocidades de hasta Mach 9, es decir, nueve veces la velocidad del sonido.
Este nuevo armamento podría representar una amenaza directa para aviones estadounidenses como el F-22 Raptor, el F-35 y el bombardero furtivo B-21 Raider. Las pruebas se realizaron en una instalación de alta tecnología en Luoyang, Henan, un túnel de viento originalmente diseñado para simular el reingreso de sondas espaciales.
Aunque se desconoce el nombre oficial del misil, fuentes militares chinas afirman que está listo para entrar en operación. Su alcance estimado oscila entre los 500 y 800 kilómetros, dependiendo de la altitud, lo que lo convierte en un arma letal contra cazas, aviones de vigilancia y unidades de reabastecimiento.
Además, está equipado con sensores infrarrojos avanzados que pueden rastrear objetivos incluso cuando emplean contramedidas electrónicas. Esto lo vuelve prácticamente ineludible una vez lanzado.
Más allá del impacto técnico, el desarrollo de este misil envía un mensaje político claro: China busca competir frontalmente con Estados Unidos en el dominio aéreo, reduciendo la brecha tecnológica que por décadas favoreció a Washington.
La era de los aviones invencibles podría estar llegando a su fin. Lo que antes era ciencia ficción hoy está tomando forma en los laboratorios militares del gigante asiático.
#ChinaVsEEUU #TecnologíaMilitar #MisilHipersónico #Geopolítica #CarreraArmamentista