El estreno de Thunderbolts ha generado un giro inesperado dentro del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU), especialmente por sus impactantes escenas postcréditos. En ellas, se revela que este grupo no solo es un equipo de antihéroes, sino que también representa a los Nuevos Avengers, encargados de proteger al planeta bajo el respaldo de Valentina y el gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, esta nueva alineación enfrenta fuertes críticas debido al oscuro pasado de sus integrantes, lo cual siembra dudas sobre su legitimidad ante la opinión pública. Además, una sorpresa simbólica llega cuando se muestra que la antigua torre de Tony Stark —vendida en Spider-Man: Homecoming— ha sido transformada en su nueva base de operaciones.
Este giro recuerda a los cómics de Dark Avengers, donde Norman Osborn forma su propia versión de los Vengadores tras una fractura entre Iron Man y el Capitán América. Tal como ha sido habitual en las fases recientes de Marvel Studios, las escenas postcréditos también incluyen momentos de comedia, sin restar dramatismo al posible nuevo rumbo del MCU.