Un grupo de congresistas estadounidenses ha lanzado una fuerte exigencia a los Departamentos de Seguridad Nacional, Justicia y Estado: detener el tráfico ilegal de armas hacia México. En una carta dirigida a Kristi Noem, Pam Bondi y Marco Rubio, los legisladores recordaron que cerca del 70% de las armas encontradas en escenas del crimen en México provienen de Estados Unidos.
La exigencia se da tras la reciente decisión del presidente Donald Trump de designar a ocho cárteles latinoamericanos como organizaciones terroristas extranjeras (FTO). Esta clasificación permite aplicar sanciones más severas y herramientas legales más amplias para combatirlos.
En la misiva, los congresistas subrayan que entre 200 mil y 500 mil armas cruzan ilegalmente cada año la frontera sur, alimentando al crimen organizado que trafica drogas, personas y ejerce violencia a ambos lados de la frontera. “Si no detenemos el flujo de armas fabricadas en EE.UU. hacia México, no podremos frenar el flujo de fentanilo hacia nuestro país”, advirtieron.
Entre las medidas propuestas destacan: rastrear y desarticular redes de contrabando, aumentar las inspecciones fronterizas, aplicar sanciones a quienes apoyen materialmente a organizaciones terroristas y fortalecer el intercambio de inteligencia con México. También proponen reforzar las penas para quienes violen leyes federales que prohíben el suministro de armas o recursos a estos grupos, con castigos de hasta 20 años de prisión.
La petición, respaldada por senadores como Ben Ray Luján, Catherine Cortez Masto y representantes como Eric Swalwell y Robert J. Menendez, reabre el debate sobre el papel de Estados Unidos en la violencia armada que azota a México.
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