El FBI y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) emitieron boletines de inteligencia sobre posibles ataques terroristas durante las celebraciones del 4 de julio, especialmente en San Francisco y Nueva York.
Las autoridades advierten sobre posibles actos de individuos inspirados por ideologías extremistas, como el atropello masivo ocurrido en Año Nuevo en Nueva Orleans, que dejó 14 muertos.
Aunque no hay amenazas creíbles confirmadas, los eventos de gran asistencia son considerados potenciales blancos simbólicos para ataques.
Las agencias señalaron que los posibles atacantes podrían emplear desde armas convencionales hasta químicos o drones para irrumpir en eventos públicos. También citaron preocupaciones por el conflicto entre Israel y Hamás, y por ataques recientes como el ocurrido en Boulder, Colorado.
El alcalde de San Francisco, Daniel Lurie, aseguró que no existe una amenaza específica para la ciudad, pero confirmó el despliegue total de agentes el 4 de julio para proteger a unas 200,000 personas esperadas en el espectáculo de fuegos artificiales.
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