Roberto Reynoso, figura clave en el ascenso de Cruz Azul a la Primera División del futbol mexicano, falleció recientemente, dejando un legado imborrable en la historia del club. En enero de 2024, al cumplirse 60 años de aquel logro, Reynoso compartió con ESPN una emotiva reflexión sobre aquel equipo que, sin pretensiones, alcanzó lo impensado.
“El equipo se inscribió en 1961 a la Federación Mexicana de Futbol con la intención de darle alegría a los pobladores de Jasso, sin esperar dinero, títulos, ni mucho menos llegar al máximo circuito”, relató el exjugador. En sus palabras, la misión era simplemente jugar por amor al deporte. “No tuvimos un equipo, ni cuando ascendimos a primera, un equipo de estrellas… Ahí más o menos salíamos para formar el equipo”, expresó.
Reynoso fue parte de una generación que, sin grandes contratos ni reflectores, escribió un capítulo fundamental en la historia del futbol nacional. Su humildad, entrega y pasión por el juego lo convirtieron en símbolo de una época donde la ilusión superaba cualquier ambición económica.
La familia cementera despide a uno de sus pilares fundacionales con respeto y gratitud.