En un esfuerzo por gestionar el aumento de agua en la presa El Cuchillo, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha iniciado el desfogue controlado de 103 millones de metros cúbicos de agua. Este proceso, realizado a un ritmo de 100 metros cúbicos por segundo, busca estabilizar el nivel del embalse, que ha alcanzado el 84% de su capacidad tras las intensas lluvias provocadas por la tormenta Alberto.
El agua liberada seguirá su curso hacia el río San Juan hasta llegar a la presa Marte R. Gómez en Tamaulipas. Este desfogue es una medida preventiva para evitar desbordamientos y garantizar la seguridad de la infraestructura y de las comunidades aledañas. Según Conagua, “el desfogue controlado continuará hasta que el nivel de la presa se estabilice”, asegurando que se mantendrá un monitoreo constante conforme a las condiciones climáticas y las aportaciones de agua.
Antes de las lluvias, la presa El Cuchillo estaba al 31% de su capacidad, incrementándose notablemente en los últimos días. Esto ha llevado a Conagua a activar protocolos de operación y prevención, informando a Protección Civil y a los municipios de China, General Bravo, Doctor Coss, Los Aldama y Arcabuz sobre la situación y las medidas a seguir.
El trasvase de agua también está enmarcado en un acuerdo establecido en 1996 entre Conagua y los estados de Nuevo León y Tamaulipas, que estipula el envío de agua a la presa Marte R. Gómez cuando El Cuchillo supera ciertos niveles. Este acuerdo fue actualizado en 2023, incrementando el volumen mínimo necesario para realizar el trasvase de 315 a 516 millones de metros cúbicos.
El diputado Edgardo Melhem Salinas ha resaltado la necesidad de este trasvase para la seguridad de la presa y las comunidades, subrayando que “el convenio de 1996 ya se actualizó el año pasado”. Con este desfogue, se espera prevenir riesgos mayores y mantener un manejo adecuado de los recursos hídricos en la región.
Este desfogue de la presa El Cuchillo hacia Tamaulipas es una acción crucial para gestionar el agua de lluvia acumulada y proteger tanto la infraestructura como las comunidades locales. La coordinación entre Conagua y las autoridades locales es esencial para garantizar un proceso seguro y eficiente.