La NASA ha lanzado una advertencia crucial esta semana tras la poderosa erupción solar que ha sacudido nuestro sistema. Denominada “tormenta caníbal” debido a su inusitada ferocidad, este fenómeno resulta de cuatro explosiones de masa coronal en nuestra estrella. El plasma solar resultante viaja a velocidades asombrosas de 800 kilómetros por segundo, colisionando con la Tierra y engullendo a sus predecesores en un acto que justifica su apodo caníbal.
Estas explosiones, catalogadas como ‘fuertes’ por la NASA, tienen su origen en la mancha solar AR3500, y su impacto ya ha desencadenado las primeras tormentas geomagnéticas. Este viernes se esperan los restos de las llamaradas solares más potentes, aumentando la probabilidad de apagones de radio y posibles fallos en las redes eléctricas.
Aunque la Tierra cuenta con un escudo defensivo natural en forma de campo magnético, capaz de desviar el viento eléctrico hacia los polos, la intensidad de esta tormenta podría desencadenar consecuencias notables. La NASA advierte que, si bien no son perjudiciales para los seres humanos, estas explosiones podrían generar fallos globales en las comunicaciones e incluso causar interrupciones puntuales en Internet. Múltiples satélites están en riesgo y se espera la aparición de auroras boreales más intensas de lo habitual como efecto secundario de este fenómeno solar.