La Iniciativa Internacional de Lucha contra el Ransomware, encabezada por Estados Unidos, se dispone a combatir con determinación a los criminales cibernéticos.
El ransomware, una amenaza global en constante crecimiento, ha experimentado un aumento del 153% en los ataques durante el último año, según los datos de NCC Group. Para agravar la situación, las tácticas de extorsión han evolucionado significativamente, incrementando el número de víctimas que pagan rescates sin garantía de recuperar sus archivos o evitar filtraciones.
A pesar de que la mayoría de los incidentes ocurren en Estados Unidos, este país ha estado trabajando en la protección de su seguridad cibernética durante un tiempo. Frente a estas inquietantes estadísticas, Washington está listo para impulsar una de las acciones más contundentes contra los ciberdelincuentes responsables de estas actividades ilícitas.
EEUU y sus aliados se proponen cortar los ingresos de los atacantes
En 2021, Estados Unidos lideró la creación de la Iniciativa Internacional de Lucha contra el Ransomware (CRI), la cual incluye a una treintena de países, entre ellos España. Tras acordar diversas medidas conjuntas, como la no protección de los delincuentes de ransomware en sus territorios, se prepara una nueva acción conjunta.
De acuerdo con lo reportado por Reuters, el compromiso de este año apunta a desbaratar la fuente de financiación que permite a los atacantes llevar a cabo sus acciones y aumentar su sofisticación. Específicamente, se busca que los gobiernos de los países miembros se nieguen a pagar rescates a los atacantes.
Anne Neuberger, asesora adjunta de seguridad nacional de Estados Unidos, afirmó: “Mientras siga fluyendo dinero hacia los delincuentes de ransomware, este problema continuará creciendo”. Las medidas para este año van más allá e incluyen la creación de una “lista negra” de direcciones de pago de rescates en criptomonedas.
Para este fin, se establecerán dos plataformas de intercambio de información en las que los países miembros podrán aportar datos para rastrear cómo los actores del ransomware reciben los pagos. Una de estas plataformas se ubicará en Lituania, mientras que la otra se desarrollará en colaboración entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos.