El cierre de Alice in Borderland ha dejado una huella positiva entre los suscriptores de Netflix, a diferencia de lo ocurrido con El juego del calamar. Ambas producciones asiáticas alcanzaron sus respectivos finales casi al mismo tiempo, pero mientras la serie surcoreana sufrió una caída notable en su valoración, la producción japonesa se consolidó con un desenlace que agradó a la mayoría.
De acuerdo con datos de Rotten Tomatoes, la tercera temporada de El juego del calamar apenas obtuvo un 51 % de aprobación de la audiencia, reflejando un declive que ya se anticipaba tras los discretos 64 % de la segunda entrega. Críticos y fans señalaron que algunas incorporaciones al reparto y giros narrativos no lograron convencer.
Por su parte, Alice in Borderland cerró con un final calificado como “feliz”, una decisión que resultó más atractiva para los espectadores. Sin entrar en detalles de la trama, se confirma que esta elección influyó en la recepción positiva, demostrando que un desenlace optimista puede rendir mejor entre las audiencias.
El contraste entre ambas producciones reafirma que, en la era del streaming, no basta con mantener el suspenso o la brutalidad visual: el impacto emocional del cierre puede definir la memoria colectiva de una serie.