Los príncipes William y Harry aparecieron con sus esposas, Catalina y Meghan, en el castillo de Windsor, donde contemplaron juntos las ofrendas florales a la reina Isabel II, fallecida el jueves.
A las dos parejas, se considera distanciadas desde hace años, caminaron bajo a los aplausos de la multitud, con la cual se detuvieron largamente a conversar.
El supuesto distanciamiento entre los hijos del nuevo rey Carlos III y la difunta Diana comenzó cuando Enrique y Meghan decidieron retirarse de la monarquía en 2020 para instalarse en Estados Unidos.
Dicha ruptura se consumó en marzo de 2021, cuando los duques de Sussex confiaron, en una explosiva entrevista en la televisión estadounidense, que Catalina hizo llorar a Meghan y acusaron a la familia real de racismo.
Desde entonces, Enrique mantenía relaciones tensas con su hermano Guillermo y con su padre, que el viernes expresó no obstante su “amor” por él y su esposa Meghan en su primer discurso televisado como rey.
Los ciudadanos apostados detrás de las vallas, gritaban “¡Guillermo, Guillermo!”, mientras daban ramos de flores a los flamantes príncipe y princesa de Gales, vestidos de riguroso negro.