En un trágico suceso que ha estremecido a Long Island, la vida de un residente ha sido arrebatada por una bacteria hallada en los moluscos crudos y las aguas marinas, una conexión siniestra que también ha cobrado dos vidas en Connecticut. La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, dio a conocer esta inquietante relación el pasado miércoles.
La bacteria Vibrio vulnificus, identificada en un residente del condado de Suffolk que recientemente perdió la vida, pone de manifiesto la presencia alarmante de una amenaza poco común pero sumamente letal. En palabras de la gobernadora Hochul, “aunque rara, la bacteria vibrio lamentablemente ha logrado infiltrarse en esta región, y su peligrosidad es de extrema gravedad”.
Las precauciones se vuelven imperativas para evitar esta bacteria potencialmente mortal, que incluyen la evitación de cualquier contacto de heridas abiertas con las aguas marinas. Además, aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos deben abstenerse de consumir moluscos crudos o insuficientemente cocidos, una medida preventiva que cobra un significado vital en estas circunstancias.
El fatídico incidente en el condado de Suffolk está en proceso de investigación para esclarecer si la bacteria fue hallada en las aguas de Nueva York o si su origen es otro. La gobernadora añade que los proveedores de atención médica deben mantener una alta sospecha de la Vibrio vulnificus al recibir pacientes con heridas altamente infectadas o afectados por sepsis.
Los expertos en salud advierten que la vibriosis, la enfermedad que esta bacteria ocasiona, puede afectar a cualquiera, aunque quienes enfrentan desafíos hepáticos, batallan contra el cáncer o poseen sistemas inmunológicos debilitados se ven especialmente vulnerables. Asimismo, las personas que consumen medicamentos para reducir los niveles de ácido estomacal se encuentran en mayor riesgo de infección y complicaciones.
Los fallecimientos en Connecticut impactan profundamente, ya que dos de las tres personas infectadas con esta bacteria en el estado este año han perdido la vida. Todos los afectados tenían edades comprendidas entre los 60 y 80 años, según lo informado por las autoridades de salud estatal.