Autoridades de la ciudad de Yamaguchi, al suroeste de Japón, se han armado con pistolas tranquilizantes para tratar de detener la ola de ataques de monos salvajes que está aterrorizando a los residentes.
En las últimas semanas se han reportado al menos 42 incidentes, la mayoría con heridas leves; entre las víctimas está una bebé de 10 meses, así mismo se reportó que un macaco ingresó a una escuela primaria y atacó una niña de 10 años, el animal la mordió en el brazo y en ambas manos.
Entre las víctimas también se ha reportado personas de la tercera edad, quienes han sido atacadas al ir transitando por la calle.
Los macacos japoneses se ven comúnmente en gran parte del país y son una plaga en algunas áreas, comen cultivos e incluso ingresan a los hogares. Sin embargo, los recientes ataques son algo inusuales, aseguraron autoridades locales.
“Toda la ciudad de Yamaguchi está rodeada de montañas y no es raro ver monos”, dijo un funcionario de la ciudad, “pero es raro ver tantos ataques en un corto período de tiempo”.
Los funcionarios de la ciudad y la policía han estado patrullando el área desde los primeros ataques, pero aún no han atrapado a ningún mono.