Calentar agua, leche u otros líquidos en el microondas puede parecer una práctica cotidiana e inofensiva, pero puede implicar riesgos considerables para la seguridad en el hogar si no se toman precauciones adecuadas.
Expertos y organismos como la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.) advierten sobre el fenómeno del “sobrecalentamiento”, en el que un líquido supera los 100 °C sin llegar a hervir visiblemente. Al introducir un objeto —como una cuchara o una bolsita de té— el líquido puede explotar de manera repentina, provocando quemaduras graves.
Este fenómeno se da por el tipo de calentamiento que produce el microondas, basado en ondas electromagnéticas que hacen vibrar las moléculas de agua, grasa y azúcares. Esto puede provocar puntos de calor irregulares y acumulación de vapor sin que sea evidente a simple vista.
Para reducir riesgos, la FDA recomienda:
- Evitar tiempos de calentamiento excesivos.
- Usar recipientes adecuados: vidrio, cerámica o plásticos aptos para microondas.
- No llenar completamente los recipientes.
- Revolver el líquido antes y después del calentado.
- Introducir un objeto no metálico (como una varilla de madera) para romper la tensión superficial.
Estas medidas pueden prevenir incidentes domésticos, particularmente en hogares con niños o adultos mayores. Aunque el microondas es un electrodoméstico práctico, su mal uso puede tener consecuencias graves si se ignoran estas advertencias.
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