Canadá y Estados Unidos se encuentran en una nueva tensión comercial tras la decisión del presidente Donald Trump de duplicar los aranceles al acero y aluminio canadiense, elevándolos del 25 % al 50 %. Ante esta escalada, el primer ministro canadiense Mark Carney mantiene conversaciones directas con Trump para contener la crisis.
La ministra de Industria, Mélanie Joly, confirmó que el gobierno canadiense considera esta medida como un “ataque directo” contra los trabajadores del país. “Los aranceles son una escalada que afecta a todos los países productores, pero sobre todo a nuestros sectores del acero y del aluminio”, expresó.
Joly sostuvo reuniones con líderes sindicales y empresarios del ramo para establecer una estrategia nacional de inversión que proteja el empleo y fomente proyectos internos en estas industrias clave.
Canadá es uno de los principales proveedores de acero y aluminio para empresas estadounidenses. Esta relación interdependiente complica aún más la situación, ya que las restricciones impactan directamente en cadenas de suministro compartidas.
El mundo observa de cerca las conversaciones entre Carney y Trump, que podrían definir el rumbo de la relación económica entre ambas naciones.
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