La noche del 29 de octubre en Bogotá, lo que inicialmente era una celebración de Halloween, se convirtió en un evento marcado por desórdenes, caos vehicular y tragedia. Cientos de motociclistas y conductores de vehículos particulares se unieron a la caravana que recorrió la ciudad.
La caravana comenzó en la Avenida Ciudad de Quito y atrajo a una gran cantidad de personas convocadas a través de redes sociales. Debido al crecimiento de la multitud, las autoridades cerraron una parte importante de la vía NQS, lo que generó pitos, vehículos en contravía y conductores sin cascos ni medidas de seguridad.
La caravana dejó latas, botellas y ciudadanos afectados por el tráfico y el ruido, especialmente en áreas cercanas al estadio El Campín y los sectores de Galerías y Nicolás de Federman. Los ciudadanos expresaron su preocupación sobre la frecuencia de eventos multitudinarios en esta parte de la ciudad.
A pesar de que la Ley Seca estaba vigente debido a las elecciones territoriales, asistentes e incluso algunos conductores fueron observados bebiendo alcohol, ignorando el decreto gubernamental que prohibía la venta y consumo de bebidas alcohólicas.
En medio del caos, se reportó un choque frontal entre dos motociclistas en el puente de la calle 92. Trágicamente, uno de los motociclistas falleció y el otro resultó gravemente herido, siendo trasladado a un centro médico en estado crítico.
Además del incidente en Bogotá, se reportaron incidentes en caravanas de Halloween en otras ciudades del país. En Santa Marta, una pareja de jóvenes resultó gravemente herida después de caer de su moto durante una caravana de motociclistas.
Las autoridades ya están investigando los incidentes para tomar medidas adicionales en futuras caravanas de Halloween y garantizar la seguridad de los participantes y otros actores viales.