La dura derrota del Porto ante su máximo rival, el Benfica, con un marcador de 4-1, desató una reacción inmediata del presidente del club, André Villa-Boas, quien decidió imponer medidas disciplinarias al cuerpo técnico y jugadores, especialmente al entrenador argentino Martín Anselmi, cuya gestión está cada vez más cuestionada.
Según medios lusos, entre ellos el diario A Bola, el castigo consistió en mantener al equipo concentrado sin permitir el retorno a casa, extendiendo su aislamiento hasta el lunes por la noche, como forma de reflexión tras el resultado adverso. La decisión fue interpretada como un intento del presidente por enviar un mensaje claro sobre el nivel de exigencia en la institución.
Anselmi, quien llegó al club portugués con altas expectativas tras su paso por el fútbol mexicano, no ha logrado consolidar una estructura sólida ni resultados consistentes. Esta última goleada agrava aún más la presión sobre su futuro inmediato.
La situación no pasó desapercibida en México. Cruz Azul, equipo que anteriormente dirigió Anselmi, se sumó a las reacciones al publicar en redes sociales tres emojis en tono burlón tras el tropiezo del Porto. Aunque algunos seguidores lo tomaron como una broma ligera, otros criticaron el gesto por considerarlo poco profesional.
Con una afición inquieta y una directiva impaciente, el destino de Anselmi como técnico del Porto pende de un hilo. La derrota ante el Benfica no solo fue dolorosa por el marcador, sino porque pone en jaque la continuidad del proyecto deportivo liderado por el argentino.
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