Dos científicos han propuesto una teoría que explica por qué el oro es más abundante en la corteza terrestre de lo que se esperaría según los modelos tradicionales de formación planetaria. A pesar de ser considerados metales preciosos debido a sus cualidades y su aparente escasez, el oro y el platino deberían haberse hundido en el núcleo terrestre en los primeros momentos de la formación del planeta, según los modelos convencionales. Sin embargo, una investigación liderada por Jun Korenaga de la Universidad de Yale y la doctora Simone Marchi del Instituto de Investigación South-West de los Estados Unidos ha presentado un nuevo modelo que aborda esta paradoja.
El núcleo del enigma parece residir en una región transitoria del manto terrestre en la que la parte inferior se encuentra en estado líquido mientras que la superior permanece sólida. Los científicos sugieren que esta zona tiene propiedades dinámicas especiales que permiten la captura de elementos metálicos pesados, como el oro, y su distribución en todo el manto a lo largo de miles de millones de años. Este proceso, que se cree que fue resultado del impacto de cuerpos espaciales masivos en los proto-planetas, ha persistido durante un período considerable de tiempo.
Los investigadores argumentan que la Tierra primitiva fue impactada por cuerpos espaciales gigantes, equivalentes al 3% de su masa total, lo que generó estas “provincias de baja velocidad de corte”. Estas regiones se han discutido en la investigación científica durante años y parecen ser responsables de la abundancia de oro en la Tierra, desafiando los modelos convencionales de formación planetaria.