En Bulla, Australia, un cocodrilo de 3.6 metros fue abatido por la policía tras acechar a niños y mascotas. La comunidad, que se encuentra a 100 kilómetros de Darwin, preparó un festín tradicional con el reptil, como parte de una lección de seguridad.
El gobierno del Territorio del Norte ha aumentado el número permitido de cocodrilos sacrificados para controlar su población. Sin embargo, algunos expertos señalan que este enfoque podría ser contraproducente a largo plazo, ya que los cocodrilos más jóvenes podrían ocupar el espacio dejado por los adultos sacrificados.
A pesar de esto, la comunidad de Bulla se ha unido para gestionar la situación, asegurando que la seguridad de los residentes sea la prioridad. El evento también destacó la importancia de la coexistencia segura con la fauna local.
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