El subsecretario de Salud, López-Gatell, volvió a poner sobre la mesa una realidad visible: México es el lugar donde más bebidas azucaradas se consumen en todo el mundo.
“México es el país que sufre la mayor mortalidad en adultos jóvenes por covid-19 porque afecta a personas con este tipo de enfermedades crónicas (…) que se las ha causado este modelo de alimentación que predomina en México desde hace más de 30 años”, dijo López-Gatell.
La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas criticó que se quiera estigmatizar estas bebidas para buscar “un culpable único a un problema de salud de origen multifactorial”.
“De acuerdo con la FAO, solo el 5,8% de calorías que consumen diariamente los mexicanos provienen de bebidas saborizadas, y más del 70% vienen de alimentos y bebidas no industrializadas, por lo que resulta ilógico pretender responsabilizar a estos productos del 7% de muertes”, aseguró en un comunicado.
Pese a todo, las autoridades de México, donde la diabetes es la segunda causa de muerte y que tiene la segunda mayor tasa de obesidad del mundo, están tomando medidas para reducir la ingesta de estos productos.
Al impuesto que se gravó a sus precios en 2014 y al nuevo etiquetado que alertará desde octubre de los que tienen exceso de calorías, grasas y sal; se sumó hace dos semanas la inédita decisión de Oaxaca de prohibir la venta de refrescos y comida chatarra a menores de edad.
Según el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México Chiapas es la región del mundo donde más se bebe Coca-Cola, el refresco favorito de los mexicanos (sus productos representan más del 70% del consumo nacional de bebidas azucaradas embotelladas, según la organización El Poder del Consumidor).
El Conacyt se basa en un estudio que muestra cifras impactantes, como que el consumo medio por persona en este estado del sur de México es cinco veces superior al del resto del país y 32 veces más que el promedio mundial.