La ejecución de Kenneth Eugene Smith en Alabama ha generado fuertes críticas debido al método utilizado, considerado por muchos como tortura.
Kenneth Eugene Smith, condenado por el asesinato de la esposa de un pastor en 1988, fue ejecutado mediante asfixia por nitrógeno, un método polémico y novedoso en Estados Unidos. Esta ejecución, que duró más de media hora, fue presenciada por testigos que describieron una muerte lenta y dolorosa.
A pesar de la afirmación de las autoridades estatales de que el proceso sería indoloro y humano, Smith experimentó una agonía prolongada mientras inhalaba nitrógeno, luchando por respirar durante varios minutos antes de perder la vida. Sus últimas palabras reflejaron su angustia y la controversia en torno al método utilizado.
Tras la ejecución, críticas de diversos sectores han cuestionado la humanidad de este método. Expertos médicos han denunciado la muerte humillante y dolorosa provocada por la asfixia por nitrógeno, mientras que Naciones Unidas ha expresado su preocupación por esta práctica.
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