Los Denver Broncos han tomado la decisión de cortar a su estrella, el quarterback Russell Wilson, en un movimiento que resonará en los anales del fútbol americano. Aunque el equipo busca reconstruir su proyecto, esta medida conlleva costos exorbitantes que podrían marcar un hito en la historia de la NFL.
George Paton, ‘General Manager’, y Sean Payton, entrenador, expresaron su visión sobre este paso: “Seguimos avanzando, seguimos construyendo el equipo más fuerte posible. Estamos emocionados por poder mejorar y tener la flexibilidad para avanzar en el draft y la Agencia Libre”. Sin embargo, lo que no se mencionó inicialmente fue el impacto económico de esta decisión, que se perfila como uno de los despidos más costosos jamás vistos en el deporte.
El contrato de Wilson con los Broncos era monumental: cinco años por 242,6 millones de dólares. Sin embargo, su salida genera una carga financiera descomunal. Aunque le adeudan cerca de 39 millones, el equipo deberá afrontar un gasto muerto de 85 millones de dólares, estableciendo un nuevo récord en la NFL en términos de despidos. En otras palabras, una suma colosal de dinero que se pierde sin contar ya con la presencia del jugador estrella.
Desde la llegada de Peyton Manning como director de orquesta, los Broncos han transitado un largo camino en busca de estabilidad en la posición de quarterback. Sin embargo, tras 12 cambios en esa posición desde el histórico triunfo en la Super Bowl de 2015, el equipo se encuentra fuera del radar competitivo, sin haber vuelto a pisar los Playoffs desde entonces.
Ahora, con la necesidad apremiante de encontrar un nuevo quarterback, Wilson se prepara para emprender un nuevo rumbo. En sus palabras de despedida, expresó: “Esta ciudad siempre tendrá un lugar especial en mi corazón. Nuestra familia creció aquí, creamos innumerables recuerdos y amistades, y formamos relaciones que durarán toda la vida”.
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