En un giro doloroso para el periodismo, la destacada escritora y periodista Cristina Pacheco, referente del periodismo ciudadano y conductora emblemática de “Aquí nos tocó vivir”, nos dejó este jueves a los 82 años, apenas unos días después de anunciar su retiro de la vida pública debido a una enfermedad.
La partida de Pacheco, nacida el 13 de septiembre de 1941, marca el cierre de una era en la que, a lo largo de décadas, dio voz a los personajes cotidianos que habitualmente permanecían en el silencio de la rutina. Su icónico programa en Canal Once se convirtió en un espacio donde las historias de vida tomaban protagonismo.
“Con el tumulto silencioso de todos los recuerdos, entre el polvo de la ciudad, quisiera tocar los dedos de Gladys García y decirle, sólo decirle: Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer”, expresó Pacheco, inspirada en la novela “La región más transparente” de Carlos Fuentes. Esta frase dio vida a su mítico programa de entrevistas.
Cristina Pacheco no solo fue una incansable narradora de las experiencias de la vida cotidiana, sino también una figura galardonada con el Premio Nacional de Periodismo en diversas categorías a lo largo de su carrera, destacándose por su compromiso con la verdad y la expresión de la vida misma.
En sus propias palabras, Pacheco compartió: “La única intención que ha habido siempre es acercarse a los lugares en donde haya una expresión de vida, donde haya personas que quieran tomar la palabra y contar su historia”.
Su despedida, anunciada el viernes 2 de diciembre en su programa “Conversando con Cristina Pacheco”, fue un emotivo agradecimiento a su audiencia y colegas. “Han sido, para mí, presencias vivas, mágicas. Son para mí seres queridísimos que forman parte de una familia”, afirmó.
Además de su destacada labor en televisión, Pacheco dirigió importantes revistas y dejó un legado literario con obras como “Para Vivir aquí”, “Orozco, Iconografía personal” y “La Luz de México”. Su unión con el poeta José Emilio Pacheco marcó una historia de amor y letras que perduró hasta la muerte de este en 2014.
En sus propias palabras, Cristina Pacheco describió la conexión con su ciudad natal, la Ciudad de México: “La Ciudad de México es mi vicio, no puedo estar sin ella, me gustan hasta sus defectos. Pero me duele verla tan rota y tan deteriorada. Parece que muchas cosas se hacen para incomunicarnos y no para comunicarnos”.
Con la partida de Cristina Pacheco, el periodismo latinoamericano pierde a una pionera y defensora incansable de las historias que laten en la cotidianidad, un ícono que deja un vacío imposible de llenar.