Íñigo Errejón, líder de la coalición Sumar y una figura clave en la izquierda española, anunció su retiro de la política tras una serie de denuncias anónimas en su contra por violencia sexual, acoso y agresiones. A través de una carta, Errejón admitió que había llegado a un punto de “contradicción entre el personaje y la persona”, y reconoció la toxicidad que genera la actividad política, especialmente entre los hombres.
El ascenso de Errejón y su caída
Errejón saltó a la esfera pública en 2014 como cofundador de Podemos junto a Pablo Iglesias y Carolina Bescansa. Podemos emergió como un gran renovador de la izquierda española, impulsado por las movilizaciones sociales de 2011 conocidas como el “15M”. A lo largo de los años, Errejón fue una de las figuras centrales del partido hasta que las disputas internas provocaron su salida y la creación de una nueva fuerza política: Más Madrid. Con el tiempo, se unió a la coalición Sumar, liderada por Yolanda Díaz, quien lo designó vocero en el Congreso de los Diputados.
Las denuncias y su dimisión
El detonante de su dimisión fue la proliferación de denuncias anónimas en redes sociales, en particular, a través de la cuenta de la periodista Cristina Fallarás, vinculada al movimiento feminista y a Podemos. Las acusaciones describen a Errejón como “un maltratador psicológico, un verdadero psicópata, un monstruo”. A través de su carta, Errejón señaló que su dimisión busca “contribuir a reparar errores”, atribuyendo la responsabilidad a los efectos tóxicos de la política.
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