Un equipo de geólogos de la Universidad de Utrecht ha realizado un sorprendente hallazgo al descubrir los restos de la placa tectónica Pontus, que existió hace 150 millones de años en gran parte del Océano Pacífico. Esta placa, que actualmente se encuentra en su mayoría sumergida bajo el manto terrestre, había sido hasta ahora solo una teoría.
El área que se extiende desde Japón hasta Nueva Zelanda ha sido un enigma geológico durante años debido a que los movimientos de las placas tectónicas en esta región no encajan perfectamente con las placas australianas, euroasiáticas, indias y del Pacífico. Siempre se sospechó que faltaba una placa adicional.
La Dra. Suzanna van de Lagemaat, junto con su equipo, llevó a cabo investigaciones de campo en el norte de Borneo, Indonesia, y descubrió una pieza crucial del rompecabezas. Inicialmente, se creyó que eran restos de una placa conocida, pero los análisis de laboratorio de las rocas revelaron que se trataba de los restos de la placa Pontus, que hasta ahora había sido desconocida.
La placa Pontus se formó cuando el supercontinente Pangea se dividió en Laurasia al norte y Gondwana al sur, creando un nuevo océano, el Tethys, que se conectaba con el antiguo océano Panthalassa, precursor del Océano Pacífico.
Las placas tectónicas son enormes fragmentos de la corteza terrestre que se mueven lentamente sobre la astenosfera, la capa de roca fundida debajo de la corteza. La placa Pontus se originó a partir de la separación de las placas Izanagi y Farallón hace aproximadamente 160 millones de años. Posteriormente, fue subducida, es decir, ingresó progresivamente debajo de otra placa, la Kula, hace unos 150 millones de años. Este proceso de subducción dejó como rastro fragmentos de cadenas montañosas submarinas y crestas formadas por roca fundida.