La nueva versión de Blancanieves se despidió oficialmente de la cartelera el pasado 5 de junio y lo hizo sin gloria. La película recaudó 205,5 millones de dólares a nivel global, cifra muy por debajo de las expectativas para una producción de Disney. Según el medio Collider, considerando los costos de marketing, distribución y otros gastos indirectos, las pérdidas totales para el estudio superan los 115 millones de dólares.
Desde antes del estreno, Disney era consciente del posible fracaso comercial y optó por una campaña de promoción reducida para evitar mayores pérdidas. Esta estrategia, sin embargo, no logró revertir la trayectoria descendente de la película en taquilla. A diferencia de otros live-action exitosos de la compañía, Blancanieves no logró conectar con la audiencia ni generar el impacto esperado en el mercado internacional.
Este revés se suma a otros recientes fracasos financieros del estudio, que atraviesa un momento de transición y reestructura en sus planes de producción cinematográfica. La icónica princesa, en esta ocasión, no logró despertar el interés suficiente para mantener su corona.