En 1964, cuando Walt Disney visitó la Feria Mundial acompañado por un grupo de creativos que posteriormente serían conocidos como Imagineers, tenía una visión de un futuro mejor. La tecnología desempeñaba un papel fundamental en esta visión, y junto con atracciones icónicas como “It’s a Small World” y el “Pabellón de los Presidentes”, concebieron lo que hoy perdura en el Magic Kingdom de Orlando como el “Carrusel del Progreso”, una atracción que no ha experimentado actualizaciones desde 1994.
En el marco del centenario de la compañía y el 50º aniversario de Disney World en Florida, así como el inicio de las festividades de otoño, nos adentramos nuevamente en los parques para apreciar no solo las innovaciones que han revolucionado la forma de contar historias de manera interactiva, sino también lo que se ha mantenido inalterado, como en los viejos tiempos.
Por ello, comenzamos una serie de reflexiones sobre el impacto de Disney en la cultura y la sociedad a nivel mundial, centrándonos en uno de sus juegos más clásicos: el Carrusel del Progreso. Esta atracción nos llama la atención precisamente porque ha conservado la visión de los años 60 sobre el futuro. Aun más intrigante es que no ha intentado reescribir la historia tal como se contaba en ese entonces, con roles familiares que, admito, me hicieron reír cuando la vi por primera vez de niña, ya que no me interesaba en lo más mínimo.
Un ejemplo de esto es la representación de un padre de familia sentado leyendo el periódico, mientras la madre celebra su nueva plancha de vapor, un entusiasmo que con el tiempo se traslada a la lavadora de platos y, en la última escena, al horno activado por voz. Todo esto se logra con animatronics, por cierto.
Este retrato de la vida familiar de la década de 1960 es un fiel reflejo de su época y nos permite apreciar cuánto hemos avanzado. A pesar de que algunas publicaciones han afirmado de manera exagerada que la atracción se cerró para hacerla más “woke” (consciente de las cuestiones sociales actuales), la realidad es que el Carrusel del Progreso sigue en funcionamiento y sigue siendo un lugar lleno de recuerdos. Muchos de estos recuerdos están relacionados con un futuro que ya hemos superado, y esta visión del pasado también es apreciada. Solo al conservar lo que fue, podemos entendernos a nosotros mismos en el presente, sin importar cómo seamos ahora.