Sergio “Checo” Pérez, con valentía, pone de manifiesto el peso que conlleva su nacionalidad mexicana en el competitivo mundo de la Fórmula 1. El piloto de Red Bull, en medio de la atención mundial que rodea a su escudería, confiesa que ser mexicano lo convierte en blanco constante de críticas y escrutinio implacable.
Mientras desempeña su papel en la escudería dominante de la F1, Pérez revela que cualquier pequeño error en su rendimiento despierta juicios apresurados sobre su valía e incluso amenazas de desplazamiento de su asiento en el equipo. A pesar de estar familiarizado con esta situación, no puede evitar sentirse incómodo.
“Es una realidad que afecta profundamente no solo a mi desempeño sino también al entorno del equipo”, declara Pérez Mendoza durante su visita a México para cumplir con sus compromisos con los patrocinadores.
El piloto mexicano señala un ejemplo reciente en el Gran Premio de Japón, donde su actuación fue objeto de escrutinio tras protagonizar dos choques, dos abandonos y dos penalizaciones. Sin embargo, observa que situaciones similares en otros pilotos, como el británico George Russell de Mercedes, pasan desapercibidas en comparación. “Lo vimos con (George) Russell, en la última carrera choca en la última vuelta yendo segundo lugar y no se habla de eso. Eso te pasa en Red Bull y tienes a trescientos medios de comunicación diciendo que tienen que quitarte del lugar”, comenta Pérez.
No es la primera vez que “Checo” Pérez enfrenta este tipo de críticas debido a su origen mexicano. Hace unas semanas, después de no subir al podio en varias carreras, fue blanco de acusaciones y dudas sobre su contratación por parte de Red Bull. Él recuerda: “Ser un mexicano en este deporte sin duda que es difícil porque llevo dos carreras que no me subo al podio y ya todo mundo está hablando del gran error que había hecho mi equipo al contratarme, de lo mal que estoy manejando… Todo mundo se olvidó que hace tres meses estaba peleando por el campeonato”.
Es importante recordar las recientes declaraciones discriminatorias del asesor de Red Bull, Helmut Marko, quien, erróneamente, se refirió a Pérez como “sudamericano”. Sus palabras revelaron un deplorable prejuicio xenófobo y racista, ignorando la ubicación geográfica de México y sus contribuciones al mundo del automovilismo.
La historia de Sergio “Checo” Pérez destaca la persistente lucha contra los estereotipos y desafíos que enfrentan los pilotos mexicanos en la Fórmula 1, una lucha que, sin duda, resuena en el corazón de la comunidad automovilística latinoamericana.