Aunque solemos pensar en *routers* y cables como los protagonistas del Internet, hay objetos cotidianos que pueden deteriorar significativamente tu señal de Wi-Fi sin que lo percibas. Entre los más comunes se encuentran:
- * Superficies metálicas (espejos, estanterías, y paneles metálicos) reflejan las señales inalámbricas y pueden debilitarlas hasta un 30 %.
- * Materiales densos como concreto, ladrillo o muros con refuerzos metálicos absorben las ondas y crean zonas muertas dentro de las viviendas.
- * Aparatos electrónicos que operan en la misma frecuencia (microondas, monitores de bebé y teléfonos inalámbricos) suelen usar la banda 2.4 GHz, generando interferencia directa.
- * Agua y objetos voluminosos (peceras o estructuras con líquido) pueden absorber señales, afectando su propagación en zonas contiguas.
Si notas caídas frecuentes o zonas sin cobertura, revisar estos elementos puede marcar la diferencia más que cambiar de *router*. Reubicar tu equipo o evitar obstrucciones frente a estos obstáculos puede elevar el rendimiento general de tu red doméstica.
#WiFi #SeñalInalámbrica #Interferencia #TecnologíaEnCasa #Conectividad