Los partidos políticos tradicionales intentan verle la cara a los ciudadanos.
El reloj electoral, siempre adelantado por aspirantes precoces, hoy de plano fue arrumbado para iniciar, a un año de la elección del 2024, campañas electorales que la Ley prohíbe expresamente para este tiempo.
Por un lado, Morena y sus corcholatas recorren el País, realizan eventos y regalan dádivas en un espectáculo que alimenta más a los noticieros de sátira que a la decisión de sus simpatizantes sobre quién debe ser el continuador de la 4T.
Así, mientras el Senador con licencia Ricardo Monreal es caricaturizado por decir “yo se las chupo” en un discurso, refiriéndose a la energía que según él abreva de sus seguidores, simpatizantes de Claudia Sheinbaum regalan gorras con colas de caballo.
En la acera de enfrente el PRIAN con lo que queda del PRD y su Frente Amplio por México intentan disfrazar su contienda argumentando que no se trata de una precampaña e intentan maquillarla con argumentos que hacen recordar el meme del cuerpo voluminoso “escondido” detrás de un palo de escoba.
¿Se habrán preguntado estos partidos y sus ansiosos presidenciables qué opina el electorado de sus campañas anticipadas? ¿Creerán que la gente se chupa el dedo y compra sus argumentos baratos?
A esto nos referíamos cuando advertimos los riesgos de socavar al INE, hoy la legislación electoral se reduce a una semántica simplista, encontramos la manera de no decirle campañas a las campañas y listo.
Así, hoy los aspirantes no buscan convertirse en candidatos, sino en coordinadores de comités de defensa de la 4T; las campañas no son eso, sino sólo recorridos y los mítines simples asambleas informativas. Arreglado Matamoros.
Ni que decir de los panorámicos disfrazados de publicidad de libros y revistas que nunca encontraremos en una librería o un puesto de revistas por la sencilla razón de que fueron creadas para burlar la Ley, y de pasada, burlarse de los ciudadanos.
Mención aparte merece Movimiento Ciudadano, que, con todo y la molestia de algunos de sus actores como el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro -quien le hace ojitos al Frente Opositor-, se ha mantenido al margen del adelantado reloj electoral.
La postura de los liderados por Dante Delgado, más sabe el diablo por viejo que por diablo, exhibe algo que debería ser la principal característica de aquellos que se dedican a la política, pero paradójicamente es lo más escaso: congruencia.
“Pónganse a jalar, falta mucho” declaró también el Gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien encabeza las preferencias de los naranjas para convertirse en su candidato a la Presidencia, y tiene razón.
El proceso electoral ya comenzó y el banderazo no lo dio la autoridad electoral, sino las y los aspirantes, a quienes se les cuecen las habas y privilegian su ambición por encima de la Ley.
Subestiman a un electorado mientras intentan insultar su inteligencia, pero no entienden algo: la gente los está observando.