La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) ha dado a conocer su compromiso de promover una final de la Copa Libertadores “libre de violencia” el próximo 4 de noviembre en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, donde se enfrentarán Fluminense y Boca Juniors.
“Estamos ultimando los detalles para este grandioso evento deportivo que tendrá lugar en el mítico estadio Maracaná el próximo 4 de noviembre en Río de Janeiro”, declaró Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, a través de su perfil en la red social X.
Este trascendental encuentro contó con la participación de Mario Bittencourt, presidente de Fluminense, y Juan Román Riquelme, vicepresidente de Boca Juniors, quienes se reunieron en la sede de la Conmebol en Luque, Paraguay. Además, se sumaron a la reunión Ednaldo Rodrigues, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Claudio Tapia, su homólogo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), y otros destacados representantes de la Conmebol, diplomáticos y autoridades.
Durante el encuentro, los delegados de los clubes finalistas de la Copa Libertadores y otros directivos se concentraron en ajustar los pormenores del partido final, abordando temas como el traslado y alojamiento de los equipos, las instalaciones de entrenamiento, las actividades de prensa y las medidas de seguridad. Específicamente, se puso especial énfasis en la seguridad, siendo este un asunto de máxima prioridad para todos los involucrados.
La Conmebol destacó la estrecha colaboración con las autoridades policiales tanto de la ciudad anfitriona como de Brasil, con el propósito de prevenir y evitar cualquier incidente o problema relacionado con la seguridad.
Los representantes de ambos equipos acordaron trabajar conjuntamente en campañas para erradicar la violencia entre sus seguidores, promoviendo los valores del espíritu deportivo y el fair play, tanto dentro como fuera del campo de juego.
Alejandro Domínguez reiteró con firmeza que “nuestro compromiso contra la violencia y el racismo es inquebrantable”, añadiendo que “el fútbol es una celebración para las personas, y actos condenables no tienen cabida en este escenario”.
El dirigente llamó a toda la comunidad del fútbol sudamericano a unirse en esta lucha y expresó su confianza en que esta final será un evento inolvidable.
Juan Román Riquelme expresó su compromiso de hacer “todo lo que esté a nuestro alcance” para que esta final se convierta en una fiesta deportiva donde el mejor equipo salga victorioso. Por su parte, Mario Bittencourt afirmó que todos los involucrados, incluyendo representantes del Gobierno y la policía, trabajan arduamente para asegurar que la final en el Maracaná sea un acontecimiento memorable.