Mónaco, epicentro del fútbol mundial, fue testigo de una noche de éxtasis futbolístico cuando, en el marco del sorteo de grupos de la Liga de Campeones masculina, se coronaron los reyes del deporte rey. Erling Haaland, el prodigio noruego del Manchester City, y Aitana Bonmatí, la estrella española del FC Barcelona, fueron investidos como los mejores jugadores de Europa según la UEFA.
Haaland, con tan solo 23 años, encabezó la hazaña del Manchester City al conquistar el codiciado “triplete” de la Liga de Campeones, la Premier League y la Copa de Inglaterra, marcando un asombroso total de 52 goles en todas las competiciones. En una reñida competencia, superó a dos gigantes, el belga Kevin De Bruyne y el ícono argentino Lionel Messi.
Por su parte, Aitana Bonmatí, de 25 años, irradió excelencia en el fútbol femenino. Conquistadora de la Champions femenina y la Liga española junto al Barça, y además, una pieza clave en la victoria de España en el Mundial. Su nombre resonó más alto que el de sus competidoras, la compatriota Olga Carmona y la australiana Sam Kerr.
No obstante, la victoria de Bonmatí se inscribe en un capítulo más grande de la historia del fútbol español, tras el histórico título mundial femenino obtenido el 20 de agosto. Con un gesto valiente, tras recibir el premio, Bonmatí alzó su voz en contra del abuso de poder, en referencia al escándalo del beso forzado de Luis Rubiales, presidente suspendido de la Federación Española de Fútbol, a la jugadora Jenni Hermoso durante la ceremonia en Sídney.
“El abuso de poder no puede tener cabida en nuestro deporte”, declaró Bonmatí con firmeza. “Desde Jenni hasta todas las mujeres que padecen situaciones similares, estamos a su lado”, añadió.
La gala también reconoció a los líderes en el banquillo. Josep Guardiola, el estratega español del Manchester United, se coronó como el mejor entrenador de fútbol masculino, mientras que la neerlandesa Sarina Wiegman, artífice del subcampeonato mundial de Inglaterra, se alzó como la mejor entrenadora de fútbol femenino. En un emotivo gesto, Wiegman dedicó su premio a las jugadoras españolas, reafirmando la importancia de erradicar el acoso y abuso en el deporte.