El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mandó matar en una operación antiterrorista en Kabul, Afganistán a quien estaba al frente del grupo terrorista, el domingo 31 de julio. El egipcio fue asesinado en una residencia de Kabul, alrededor de las 6 de la mañana, mientras se encontraba en el balcón del lugar donde se alojaba.
El líder de Al Qaeda fue trasladado a Kaboul, Afganistán junto a su familia, y según comunicó el Gobierno de Estados Unidos, Ayman al Zawahirí, aún representaba una amenaza para Estados Unidos.
En un comunicado televisivo desde la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, compartió que con la muerte del sucesor de Osama Bin Laden, “se hizo justicia”, por lo que el mundo ya no debe temer de este “asesino despiadado”. Así mismo, la Casa Blanca afirmó que solamente murió Ayman al Zawahirí, la condición de Joe Biden había sido esa para poder proceder al ataque, no lastimar ni matar a nadie más. La autorización del presidente estadounidense se dio el lunes 25 de julio.
El terrorista recién fallecido, quien en ese entonces era la mano derecha de Bin Laden, era buscado por la Interpol desde el atentado del 11 de septiembre en Nueva York. El FBI lo tuvo en su lista de “Los más buscados” con una recompensa de 25 millones de dólares por alguna información valiosa para su captura.
Biden finalizó el comunicado, dirigiéndose a quienes atenten contra la seguridad de Estados Unidos, y aseguró que su país siempre estará preparado y en estado de alerta a la hora de poder defender la seguridad de los estadounidenses.